En 1999 Frutas Fernández asentó su sede en las actuales instalaciones, adquiriendo unos terrenos que formaban parte de una antigua fábrica; La Azucarera, en dichos terrenos se encontraba la estructura de la balsa de agua que abastecía a la fábrica, y actualmente forman los pilares de la central frutícola de la empresa.
Siempre atentos a las nuevas tecnologías, las instalaciones han experimentado diversas mejoras desde sus comienzos, con el compromiso de seguir modernizando e innovando cada año.
Frutas Fernández mira al futuro pensando en crecimiento.
La esencia de lo tradicional,
del saber hacer y de la humildad.